jueves, 31 de julio de 2008

31/07/2008 Canción y frase del día

Canción del día:


Fastball - The Way (All the pain money can buy, 1998)

Frase / conversación del día:
- ¿Qué pasa, macho?
Carlos Rodríguez, my father, al príncipe Felipón de Asturias

VÉRTIGO

VÉRTIGO: Sensación de inseguridad y miedo a precipitarse desde una altura o a que pueda precipitarse otra persona.



El vértigo es el mal de alturas. El mareo que te entra cuando la caída que te espera si das un paso en falso es del cagarse. De las de “¡ostia, qué ostia!”. Ese es el vértigo malo. Pero también existe un vértigo bueno. Bueno, 2. Uno, la peli de Hitchcock. El otro viene a ser como la sensación que tendrías si tuvieras ante ti la montaña rusa más grande y emocionante que jamás te hayas imaginado. Tan impresionante y al mismo tiempo tan lejana que nunca podrías acceder a ella, pero que tienes claro que si tuvieras la ocasión de subirte, lo harías sin dudarlo.


- No te atreverías.
- Y un mojón, claro que me atrevería.
- No se yo, no te veo capaz.
- Anda vete al peo


-
Pero un día, un señor con traje y corbata, como los que llevo puestos ahora mismo en el tren de regreso a casa - nunca me siento cómodo con esta ropa, no va conmigo. Yo soy más del rollo “informal y despreocupado, natural y sencillo, ajeno a todas las modas y estereotipos”, que suena muy auténtico, pero que realmente significa abrir el armario, coger el pantalón de la primera percha, y la primera camisa, camiseta o polo que pilles, y hala, vístete que llegas tarde - , pues eso, un señor tan elegante que no puedes desconfiar de él (o sí), te ofrece un ticket para subirte a una de esas montañas rusas. Y te dices: "po fueno, po fale, pos total, es la oportunidad de mi vida, no la voy a desaprovechar". Vas para allá, muy gallito tú, camino a la montaña rusa más grande y emocionante que etc. etc… hasta que, cuando tuerces la primera esquina, y aparece al fondo, todavía lejos pero que ya empiezas a ver lo descomunal que es, te entra como un dolor de barriga. Ése es el vértigo.

- Ay ay ay, sí que es grande, sí. Ay ay ay a ver si va a ser demasiado para mí. Ay ay ay voy a reírme pero es que estoy cagadito…
- ¿Lo ves? Ya dudas.
- Nooooooooooooooooo.
- No poco, que te he oído. Te lo dije.
- Tú qué vas a decir, tú que vas a decir…

Y sigues tu camino, firme y decidido, sin mostrar miedo, para que el pesimista machacón que aún no has conseguido matar del todo no te toque la moral. Pero el tío no se calla, y cuanto más te acercas, más claro le oyes.

- ¡Toc toc!
- ¿Qué quieres ahora, cansino?
- Nada, nada,… sólo que… ¿no crees que está un poco lejos?
- Bueno, un poco sí. Pero tampoco tanto. Para eso se inventaron los aviones y el interné.
- Ya pero… que te subes sólo ¿eh? Lo mismo te viene grande…
- Lo sé, pero vale la pena. Y tampoco es para siempre, luego me bajaré y volveré con los míos.
- Mira que las cosas pueden haber cambiado cuando bajes. Mira que lo mismo no es gratis, que lo mismo luego tienes que pagar un precio.
- Que noooo, pesao
- Mira que las ventajas no son tantas como creías.
- Lo se, ya lo veo. Pero aún así, lo voy a intentar…
- ¿Y si te arrepientes cuando ya estás arriba?
- Pues me bajo.
- No podrás.
- Que sí, que puedo bajarme cuando quiera. Lo pone aquí, en el ticket, entre lo de “hay trenes que sólo pasan una vez en la vida” y lo de “viva una experiencia inolvidable”.
- ¿Y no sería un fracaso si te bajaras?
- … estoooo, … no… bueno… no se… ¡que no! Que eso da igual, que tampoco me voy a bajar.
- Tú mismo, tú mismo…

De hecho, aún no he llegado ni a mitad de camino hacia la montaña rusa, y ya tengo la primera recompensa: ¡1 día en París a gastos pagados! A cambio de sólo 2 o 3 horas de mi ¿valioso? tiempo intentando demostrarle a un señor entrevistador que, aunque mi inglés esté más oxidado de lo que pensaba, lo puedo arreglar. Que soy capaz de enfrentarme a la construcción de 4 torres de oficinas de trentaynosecuantas plantas durante 2 o 3 años. Y que voy a hacerlo bien.

Y, si se lo demuestro, luego tendré que demostrarme a mí mismo que 2 o 3 años pasan volando. Que aunque sólo podría venir con los míos 15 días cada 6 meses, vale la pena. Que también podrían venir ellos a verme. Y escaparme algún fin de semana, pagándome yo el billete. Que con lo que ganara, que aunque no es poco, no es tanto como decían al principio, al volver tendría medio piso pagado (si fuera capaz de ahorrar, que esa es otra...). Que es la mejor manera de seguir en lo que me gusta, sin aguantar la mierda de crisis ésta, y encima volvería con un currículum del cagarse. Que, como pone en el ticket, trenes así sólo pasan una vez en la vida. Buff qué bien suena todo, pero sólo pensarlo marea…

Se acerca el día, y el vértigo aumenta. Pero el optimista simpático y trabajador que está substituyendo al pesimista cabrón que antes vivía en mi cabeza (y que de vez en cuando vuelve con la excusa de que se le olvidó una cosa, pero realmente lo que quiere es recordarme que existe), hace su trabajo a la perfección:

- No se yo, lo mismo es verdad que me viene grande…
- ¡Que no, tontorrón, que ya verás como va todo bien!
- ¿Seguro?
- Seguro.
- ¿Entonces qué hago?
- Ya lo sabes, tira p’alante. De momento, disfruta de tu escapadita a París. Con lo que te gustan las fondues y las crêpes. Y la Torre Eiffel. ¡Y el Moulin Rouge!
- ¡AAAAAAAAAY OMÁ QUÉ RICA!
- Pues eso, vete a París y pásalo bien. Y que vaya todo como tenga que ir. No te preocupes tanto.
- ¿Y si me dicen que sí, qué?
- ¿Recuerdas lo primero que pensaste cuando te ofrecieron el ticket?
- Sí: Abu Dhabi mola…
- Pues eso. ABU DHABI MOLA.


domingo, 13 de julio de 2008

13/07/2008 Canción y frase del día

Canción del día:


Muse - Starlight (Black Holes & Revelations, 2006)


Frase / conversación del día:
- Hola.
- Hola.
- Quería un helado con sabor a... "hoy no quiero hablar con nadie"
- ¿Mediado o grande?
- Grande
[...]
- Esto no es lo que te he pedido.
- Ya. Es sabor a "Tienes una sonrisa muy bonita"

(Anuncio de Häagen Dazz 2008)



SONRISAS

...¡tonto!

Una vez más, recibo esa palabra mágica (en tono agradable, claro) después de soltar una parida. Y una vez más, el payaso que llevo dentro es feliz. Mira que es fácil tenerme contento.

Y mira que es fácil hacer sonreír a los demás. Y barato. Y reconfortante. Pero nos solemos olvidar de ello. Solemos estar más pendientes de nuestros propios dolores de cabeza, nuestros pollos en el trabajo, nuestros males de amores, nuestro stress incorporado de serie, nuestros miedos, nuestros malos rollos con el malvado mono que vive en el armario,... y las rebajas, que ya están aquí. Y no nos paramos de vez en cuando a reírnos y hacer sonreír. O en sonreír y hacer reír. Con lo que mola.

En su día pedí una ley que obligara a tener como mínimo un ratito de cielo al día. Ahora propongo otra que nos incentive fiscalmente por arrancar sonrisas. Pero no sólo a los arranca-sonrisas profesionales (cómicos, monologuistas, imitadores, clowns, actores, políticos...), sino también - y sobretodo - a los que disfrutamos haciéndolo por amor al arte.

A los que, cuando estamos agobiados en el trabajo, o aburridos en casa, o pillados en un atasco, cojemos el teléfono y buscamos nuestra dosis diaria de ¡tonto!

A los que no sabemos tener conversaciones, por serias y trascendentales que sean, sin que en algún momento se nos escape alguna ironía, algún parecido razonable, algún chiste, o alguna frase que descoloca al otro y le obliga a pararse un momento a tomarse la vida de mejor humor, y sonreír. Sobretodo cuando sale espontáneo, sin forzar. Cuando el esfuerzo no es decir la parida, sino callársela. El típico momento "si no lo digo reviento".
-
O a los que, cuando leemos, oímos o vemos algo que nos hace gracia, corremos a compartirlo con los demás. Sabiendo que, cuantas más personas sonrían con la misma caricatura o tira cómica que siendo tonta te hizo reír, el mismo chiste cuyo final absurdo no esperabas, el mismo mail de situaciones ridículas, la misma conversación que tuviste con tus amigos en que la cosa empezó a denegerar chorrada tras chorrada, o el mismo sketch de televisión que deseabas que no se acabara nunca, más durará su pequeña inmortalidad, dibujada en varias sonrisas o carcajadas. Y más posibilidades habrá de que al cabo de unos días, alguien tenga una sonrisa espontánea al recordarlo.

Y, para facilitar a todos los contribuyentes el acceso a esos incentivos, alguien debería hacer un catálogo de sonrisas. Una especie de enciclopedia ilustrada con todas las variedades: Sonrisas naturales, sonrisas sinceras, sonrisas eternas, sonrisas pícaras, sonrisas de complicidad, sonrisas forzadas, sonrisas imprevistas, sonrisas ensayadas, sonrisas espontáneas, sonrisas tímidas, sonrisas socarronas, sonrisas melladas, sonrisas grandes, sonrisas disimuladas, sonrisas abrumadoras, sonrisas cargadas de sensualidad, sonrisas brillantes, sonrisas de oreja a oreja (o sonrisas a lo Epi y Blas), sonrisas de sandía, sonrisas cohibidas, la sonrisa de un niño, la sonrisa del anuncio de Häagen Dazz, sonrisas de "¿qué estarás tramando?", sonrisas de "la que he preparao", sonrisas de "ay ay, miedo te tengo, la que habrás liao", sonrisas de "espera y verás", sonrisas de "lo sabía", sonrisas de "tenía que hacerlo...", sonrisas de disimulo, sonrisas inocentes, sonrisas inquietantes, sonrisas profident, sonrisas de "voy a reírme pero es que estoy cagadito", sonrisas de "aaay omá qué rica", sonrisas adorables, medias sonrisas, y las mejores, sonrisas a 10 cm. de distancia, justo antes de cerrar los ojos y ...
-
Y, sobretodo, la tuya. La que espero que haya conseguido arrancarte mientras leías esto, aunque no te hayas dado cuenta de ello hasta ahora. Y si no lo he conseguido, lo seguiré intentando. Hasta q sonrías y me digas: ¡tonto!

jueves, 3 de julio de 2008

03/07/2008 Canción y frase del día

Canción del día:

Rosario Flores - Mientras me quede corazón (Contigo me voy, 2006)

Frase / conversación del día:
"El nacionalismo es como un pedo. Sólo le gusta a quien se lo tira."
Albert Boadella

CARNET DE MANIPULADOR DE ELEMENTOS. 2/4

Seguimos con la presentación del Doctorado para medios de comunicación.

RAMA #2. Teoría de la Irresponsabilidad y Gestión Condicionada de Datos:

La Teoría de la Irresponsabilidad se puede aplicar cuando alguien "informa" por el mero hecho de informar y colgarse la medalla, sin pensar en las consecuencias que eso podría tener. Ejemplos hay varios: El amigo Mariñas (¡Karmele, perra, cáaaaaallate!) diciendo por la tele que el Marichalar no lleva guardaespaldas; un asesor financiero que no se ni cómo se llama, recomendando a los promotores inmobiliarios, por televisión y en hora de máxima audiencia, que vendan sus pisos y casas al primero que pase por ahí al precio que él diga (así campeón, estabilizando el mercado dando ideas a la gente de qué tiene que hacer cuando busque piso); los que corrieron a decir que se habían encontrado restos de cocaína en los servicios del Parlamento - o del Congreso, o del Senado, yo que se, el caso es el mismo - (que toda esta gentuza consume, todos lo imaginamos, pero dilo con pruebas chavalote); los de Radio-Nacional-Cohólicos-Anónimos diciendo una frase memorable: "este fin de semana, la Guardia Civil hará controles anti-droga en la carretera en 3 capitales españolas. No han desvelado qué ciudades serán, pero nosotros podemos afirmar que serán Zaragoza, Bilbao y Sevilla". O La Vanguard-erí-a explicando a 2 páginas, con sus croquis, sus detalles, y sus especificaciones concretas, cómo hacer armas de fuego caseras.

La Gestión Condicionada de Datos se puede aplicar a cualquier medio de comunicación. Pero en Apenas-3 y en la (Sín)Cope sacarían matrícula. El amigo Federico podría dar las clases avanzadas. Y los señores de la SuperSer tampoco se quedan cortos...

Otro gran ejemplo de esta rama del Carnet de Manipulador de Elementos, es la moda que hay en este país de sacar por la tele declaraciones "del pueblo", donde se limitan a entrevistar a gente que pasaba por ahí, y premiar con unos minutillos de dulce gloria a los que digan las burradas más bestias. Como la imagen de la gente que te dan es siempre esa, la de energúmenos con ideas de bombero, luego no es extraño que te pase algo como lo que me ha pasado a mí estos días que he estado en Madrid: que te sorprendes cuando la gente con la que hablas, que sí que son personas normales, como el taxista que me llevó al aeropuerto, te dice que los catalanes les caemos bien, que a ver qué problema hay en que cada uno bese la bandera que más le plazca (incluidos casos como el mío, que si por mí fuera no habría ni banderas, ni himnos - con o sin letra -, ni patrias, patriotismos ni patriotas), y que al fin y al cabo, con lo bonito que es cuando la gente se lleva bien, pará que discutir sobre quiénes son mejores y quiénes peores, y culparnos mutuamente de nuestras propias miserias. De igual forma, tú sorprendes al taxista al decirle que tú piensas igual. Pero claro, son opiniones normales y lógicas, y eso no interesa a nadie. Y cuando él te dice que la famosa estatua del Tío Paco Bigotes que tiraron hace un tiempo, casi nadie sabía ni que existía, y toda la polémica que se hizo era más mediática que otra cosa, tú le sorprendes al decirle que en Girona no somos todos unos "hippies de papá" que nos dedicamos a ir dando la nota quemando fotitos. Es más, a muchos, nos caigan bien o mal Juanca "por qué no te callas" de Bourbon y los suyos, nos dió bastante vergüenza ajena que nos metieran a toda la ciudad en su mismo saco, y nos pintaran como una especie de Franja de Gaza de estar por casa.

Pero eso no vende. Si ese en ese taxi hubiera habido una cámara oculta para un "programa de investigación" de Apenas-3 o Te-la-h(c)inco, nuestra conversación no habría salido ni en las tomas falsas. Eso sí, si él me hubiera dicho "polaco cabrón, dame tu barretina que me voy a cagar dentro", y yo a él "facha casposo, dame una foto de tus hijos que la quemo", saldríamos en todos los zappings de la tele. ¿Que eso da una imagen ficticia de las opiniones de la gente? ¿Que eso hace crecer cada vez más la crispación en la gente, sobretodo en tiempos de crisis (o desaceleración), donde la gente tiene menos aguante? Da igual, nadie les obliga a mirar la tele. Si no les gusta, que se lean un libro. Tú ponlo, que ya verás cómo sube el share...
-
Con lo bonito que sería que nos permitieran (y nos permitiéramos) tomarnos la vida con buen humor, llevarnos bien con todo el mundo (o al menos intentarlo), y disfrutar de los buenos ratos. Y sacar de ellos tus propios anuncios de Mastercard. Tal que así:


Etiquetas