VÉRTIGO: Sensación de inseguridad y miedo a precipitarse desde una altura o a que pueda precipitarse otra persona.
- No te atreverías.
- Y un mojón, claro que me atrevería.
- No se yo, no te veo capaz.
- Anda vete al peo…
- Ay ay ay, sí que es grande, sí. Ay ay ay a ver si va a ser demasiado para mí. Ay ay ay voy a reírme pero es que estoy cagadito…
- ¿Lo ves? Ya dudas.
- Nooooooooooooooooo.
- No poco, que te he oído. Te lo dije.
- Tú qué vas a decir, tú que vas a decir…
- ¡Toc toc!
- ¿Qué quieres ahora, cansino?
- Nada, nada,… sólo que… ¿no crees que está un poco lejos?
- Bueno, un poco sí. Pero tampoco tanto. Para eso se inventaron los aviones y el interné.
- Ya pero… que te subes sólo ¿eh? Lo mismo te viene grande…
- Lo sé, pero vale la pena. Y tampoco es para siempre, luego me bajaré y volveré con los míos.
- Mira que las cosas pueden haber cambiado cuando bajes. Mira que lo mismo no es gratis, que lo mismo luego tienes que pagar un precio.
- Que noooo, pesao…
- Mira que las ventajas no son tantas como creías.
- Lo se, ya lo veo. Pero aún así, lo voy a intentar…
- ¿Y si te arrepientes cuando ya estás arriba?
- Pues me bajo.
- No podrás.
- Que sí, que puedo bajarme cuando quiera. Lo pone aquí, en el ticket, entre lo de “hay trenes que sólo pasan una vez en la vida” y lo de “viva una experiencia inolvidable”.
- ¿Y no sería un fracaso si te bajaras?
- … estoooo, … no… bueno… no se… ¡que no! Que eso da igual, que tampoco me voy a bajar.
- Tú mismo, tú mismo…
Y, si se lo demuestro, luego tendré que demostrarme a mí mismo que 2 o 3 años pasan volando. Que aunque sólo podría venir con los míos 15 días cada 6 meses, vale la pena. Que también podrían venir ellos a verme. Y escaparme algún fin de semana, pagándome yo el billete. Que con lo que ganara, que aunque no es poco, no es tanto como decían al principio, al volver tendría medio piso pagado (si fuera capaz de ahorrar, que esa es otra...). Que es la mejor manera de seguir en lo que me gusta, sin aguantar la mierda de crisis ésta, y encima volvería con un currículum del cagarse. Que, como pone en el ticket, trenes así sólo pasan una vez en la vida. Buff qué bien suena todo, pero sólo pensarlo marea…
Se acerca el día, y el vértigo aumenta. Pero el optimista simpático y trabajador que está substituyendo al pesimista cabrón que antes vivía en mi cabeza (y que de vez en cuando vuelve con la excusa de que se le olvidó una cosa, pero realmente lo que quiere es recordarme que existe), hace su trabajo a la perfección:
- No se yo, lo mismo es verdad que me viene grande…
- ¡Que no, tontorrón, que ya verás como va todo bien!
- ¿Seguro?
- Seguro.
- ¿Entonces qué hago?
- Ya lo sabes, tira p’alante. De momento, disfruta de tu escapadita a París. Con lo que te gustan las fondues y las crêpes. Y la Torre Eiffel. ¡Y el Moulin Rouge!
- ¡AAAAAAAAAY OMÁ QUÉ RICA!
- Pues eso, vete a París y pásalo bien. Y que vaya todo como tenga que ir. No te preocupes tanto.
- ¿Y si me dicen que sí, qué?
- ¿Recuerdas lo primero que pensaste cuando te ofrecieron el ticket?
- Sí: Abu Dhabi mola…
- Pues eso. ABU DHABI MOLA.
1 comentarios:
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