martes, 2 de diciembre de 2008

LA COMIDA DE LOS AVIONES HUELE A CULO

06:45 A.M. Estoy sentado en el avión que me llevará de Amsterdam a Barcelona, en mi primera semana de vacaciones desde que llegué a Abu Dhabi. Esta noche, en el trayecto Abu Dhabi – Amsterdam, he vuelto a comprobarlo: la comida de los aviones huele a culo. Lo notas cuando le dicen a tu vecino de asiento “¿meat or vegetal?”, él dice “vegetal”, y le dan una bandeja con una especie de bocadillo que, insisto, huele a culo. Luego te toca a tí, y dices, con una sonrisa de a mí esta mierda no me la ponen“meat, please!”… y te ponen otra bandeja, con otro bocadillo distinto, que no tiene vegetal escrito a mano en el papel… pero con el mismo olor a culo. ¿Pero no se supone que los dos bocadillos son distintos? Si uno huele a culo, el otro debería oler a… yo que se, a otra cosa, pero no a culo. Al menos, no al mismo culo.

Y esa ha sido mi cena. Luego haz como que duermes, mira alguna peli, y espera al desayuno (que, por cierto, no creo que haga falta que diga a qué olía). Y así, como quien no quiere la cosa, hemos llegado a Amsterdam. Sin retrasos ni contratiempos. Y esta vez no he tenido que hacer check in en el aeropuerto intermedio, así que he subido contento y feliz al avión que me debería llevar a Barcelona. De momento el plan estaba saliendo a la perfección: "Para cuando llame por teléfono diciendo que estoy ya en Amsterdam, realmente estaré en Barcelona. Y en horita y media: ¡sorpresa, sorpresa!"

Pero la sorpresa me la he llevado yo. Yo, y todos los pasajeros. Se ha encendido una lucecita de warning y tienen que mirar el motor los de mantenimiento. De momento, a esperar entre 45 minutos y 1 hora… ya verás tú como me acaban fastidiando la entrada triunfal en el Vedruna… Por supuesto, al oír al capitán dando la explicación, me he acordado de Spanair y su lucecita de warning del pasado agosto. Para tranquilizarnos, nos han obsequiado con un estupendo desayuno a cuenta de
KLM. ¡No por favor! ¡Más culo no!

07:35 A.M. Por suerte, han aparecido las azafatas con galletitas y zumito multifrutas. Bueno, muy natural y muy completo no es, pero al menos huele a lo que tiene que oler, a galletas y zumo. Es curioso que para que no nos preocupemos y nos entre la histeria colectiva, nos sobornen con comida… será que con el estómago lleno (es un decir) somos más optimistas. O que la satisfacción estúpidamente humana de sentirnos compensados - aunque sea simbólicamente - por el retraso, anula el resto de sentimientos. Supongo que si insiten en arreglarlo, será que la avería no es muy grave. Si no, nos sacarían del avión y nos darían una plaza en el siguiente vuelo, el de las 09:00. Será mejor que mantengamos la mente ocupada en otras cosas.


2 meses ya desde que me fui a Abu Dhabi. 2 meses diciéndome “si mañana la conexión me lo permite, escribo algo”. 2 meses en que cuando la conexión lo permitía, decía “bueno, mañana”. Y, por fin, vuelvo a casa una semanita. Qué ganitas tengo de comer carne de cerdo. Si es que me imagino las croquetas de jamón que me esperan esta noche con chorizo asado y se me olvida el olor a culo de la cena y el desayuno. Y eso que allí (en Abu Dhabi) no se come mal. Tienen tan asumido que viven de la mano de obra inmigrante (total, si somos sólo el 80% de la población) que lo tienen todo lleno de restaurantes de todo tipo de comida (normalmente tipo Fast food, eso sí). Vas al Carreful y los productos más difíciles de encontrar son los autóctonos. Los pasillos están llenos de productos de fuera para que todos nos sintamos como en casa. ¡Hasta he visto turrones El Almendro! Pero todo eso más que hacerte sentir en casa, te hace echar de menos a los tuyos. Sobretodo a esos enormes ojos cuando recuerdan que pronto nos veremos cara a cara, brillan tan fuerte que deslumbran. ¡Buff! las ganas que tengo de llegar a casa…



08:30 A.M. Amanece en Amsterdam, y yo metido en un avión que no despega. ¡Se me está haciendo más interminable que las 8 horas del vuelo de anoche! Sólo espero que, si nos toca esperar más rato, nos dejen bajar a comer al aeropuerto. No quiero oír cómo nos anuncian por megafonía que debido al retraso, y para compensarnos, nos van a servir una exquisita comida con olor a culo. Además, el vuelo de las 9 ya no lo cogemos. Así que para esperar encajonados en el avión, mejor esperamos en una cafetería.

09:30 A.M. Por fin se han rendido. Después de asustarnos a todos diciéndonos "tardaremos unos 20 minutos más, los técnicos tienen que ir al hangar a coger las piezas que faltan para arreglar el motor estropeado", han decidido dejar de hacer el imbécil y cancelar el vuelo. Ya podían haberse rendido antes, y habríamos podido coger el vuelo de las 9... pero no, ahora a esperar hasta las 12 (los más afortunados), las 2 (los del medio), o las 4 (los más pringaos). 

Después de la carrera por los pasillos del aeropuerto, me ha tocado ser de los del medio, de los de las 2 del mediodía. Así que ahora a perder el tiempo por el aeropuerto.

12:05 A.M. Me aburro. He comido (gracias al generoso cheque-regalo de 10 € de KLM) unas kroketen (que forma más original tienen los holandeses de llamar a las croquetas) y una copa de rioja (por eso de la morriña). Luego me he acercado hasta la puerta de embarque del avión de las 12, a ver si hay suerte y alguno no se presenta y queda un asiento. Pero nada, no me han dejado. Tenían 2 asientos libres (estaban llamando por megafonía a los pasajeros que faltaban), pero no les he dado la suficiente lástima. ¡Qué sueño por el amor de 2! Esto ya no hay quien lo aguante. Me estoy dejando una pasta en cafés, pero no funciona. Ahora  empiezo a entender a Tom Hanks en La Terminal, y eso que sólo llevo aquí una mañana...









14:30 A.M. Otra vez, estoy sentado en el avión que me llevará de Amsterdam a Barcelona, en mi primera semana de vacaciones desde que llegué a Abu Dhabi. Esta vez sí. Éste sí que funciona. 1 horita y 15 minutos más de vuelo, y ya estaré en Barcelona. Por fin se acaba este viaje, aunque ya estoy temblando al pensar en el regreso.

La sonriente azafata me pregunta qué quiero beber, mientras me da 2 medios sandwich con los que entrenar mis 5 sentidos: En el primero, llamado tartufo, veo huevo con lechuga y una salsa sospechosa, noto un tacto pringoso, no oigo nada al morderlo, y me sabe a cualquier cosa menos huevo con lechuga. En el segundo, titulado chorizo, veo claramente salchichón, lo noto reseco, al morder lo oigo crujir un poco (de la forma en que cruje el pan bimbo reseco) y me sabe a plástico con papel de lija. En cuanto al olor, los dos huelen igual: a culo



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