jueves, 14 de febrero de 2008

BENDERLOGÍA APLICADA

Pasado el susto del señor Carlos (que incluso después del infarto del domingo, ayer no cenó porque la comida del hospital no tenía sal y según él no había quien se comiera eso), ha llegado el momento de hablar de la Benderlogía.

Nunca he sido de admirar a nadie hasta el punto de querer ser como él / ella, principalmente por 2 motivos:
1) Creo que todos y cada uno de nosotros somos, o deberíamos ser, lo suficientemente especiales por nosotros mismos como para pretender parecernos a nadie (eso no significa que para mejorar algunos aspectos determinados, no podamos tomar a alguien como ejemplo o referencia).
2) Las personas no siempre son lo que parecen / aparentan / venden (es más, casi nunca lo son) y, si cogemos como ídolos a personas famosas, corremos el riesgo de llevarnos sorpresas que hagan tambalear nuestras ilusiones. Por poner algunos ejemplos, ¿cuántas camisetas del barça con el nombre de Figo se habrán quemado? ¿y del Madrid con el nombre de Luis Enrique? Y hace unos años, cuántos padres que insistían a sus hijos que estudiaran económicas para ser como Mario Conde, tuvieron que tragarse sus palabras? Y no hablemos de Mili Vanili...


Pero, si tuviera que admirar a alguien, ese sin duda sería Bender B. Rodríguez.

El simple hecho de ser un personaje de ficción, ya hace que no corramos el riesgo de tomar un ejemplo que no es lo que parece... simple y llanamente un personaje de una serie de animación (vale, de unos dibujos animados...).



Bender, como todos sabemos, es uno de los protagonistas de Futurama. Es un Robot alcohólico (porque funciona con alcohol, no por vicio), ladrón (porque es mileurista), y con una obsesión por destruir a la humanidad (no se lo reprocho, yo mismo lo deseo algunas veces).






Bueno, y puestos a ponerle vicios, tiene 2: las mujeres, o robopilinguis como las llama él, y fumarse unos buenos puros, echándole siempre el humo a la cara sólo a quien tenga categoría suficiente para recibirlo. También es algo vago... pero ¿quién no lo es? Yo personalmente prefiero a los vagos que a los incompetentes...

Pero detrás de eso también esconde sentimientos, aunque sean virtuales, y lo demuestra en varios episodios, como cuando se enamora de una robot, cuando teme perder la amistad de Fry porque ha encontrado a su antiguo perro, o cuando ve peligrar la vida de las tortugas por los gases tóxicos que emanan los robots.

Vamos, que es un tipo entrañable y encantador, pero lo disimula para que no se lo coman... más o menos lo que nos pasa a muchos en la vida real.

Además, también tiene el deseo frustrado de haber sido una estrella musical (cantante de folk y también pop), como yo, que me gustaría encontrar los momentos y las ganas de tocar la guitarra (y eso que tengo a mi amigo Jefecillo dispuesto a enseñarme).

Otra cualidad que tiene digna de admirar es su facilidad natural para encontrar siempre la frase adecuada para cada momento, como "tengo que dejar de atropellar gente, no soy lo bastante famoso como para librarme", o "besa mi brillante culo metálico".

No hay que olvidar el carisma natural que tiene, como todos los antihéroes, que hace que empezó la serie sin ser el personaje principal (aunque era de los importantes), y haya ganado un gran protagismo y casi eclipsando al resto de personajes. Sin ir más lejos, en el regreso de Futurama es el gran protagonista.


Y. por último, como señal divina, ¡compartimos apellido! Tengo el inmenso honor de apellidarme, como él, Rodríguez.

Así que ya no tengo que seguir buscando, ya tengo a quién admirar. Tengo toda la vida por delante para intentar parecerme a Bender. Os recomiendo que hagáis lo mismo. Vale la pena ser como él.

0 comentarios:

Etiquetas