Antes de empezar a escribir, un inciso: al conectarme, he visitado el blog de una antigua compañera de trabajo que, casualmente, es copropietaria del bar de debajo de la oficina (por cierto: en ese bar en general son un poco rancios, excepto ella. Lo siento, Eva, si lees esto y te ofende. Pero supongo - y, como tú dices, "supongo" a menudo significa "estoy seguro" - que eres consciente de que, si no fuera porque estás tú, hace tiempo que mucha otra gente no habría vuelto a pisar el bar. Me alegra comprobar que alguien que me enseñó tanto sobre cómo trabajar de cara al público a pesar de que no te guste, sigue haciéndolo igual de bien).
Además, reconozco desde aquí que en la primera versión de esa entrada era más duro con la gente de ese bar, pero cuando me dijo Eva que iba a entrar en mi blog, entré rápidamente a suavizarlo (igual que si el Arguiñano entra en tu casa lo primero que harás será intentar que la cocina esté como una patena, si una maestra de los blogs te dice que va a visitar el tuyo, pues intentas que las entradas que puedan hacer referencia a ella estén lo más apañaícas posible).
Total, que ya entonces, rectifiqué delante de ella, reconociendo que la chica que está por las mañanas, Tamara, también es simpática, y no es rancia. Cosa que cada día vuelvo a constatar (¡oye! creo que es la primera vez en mi vida que digo constatar, me estoy volviendo un hintelectual)... es más , a día de hoy lo corroboro, lo confirmo, lo ratifico, lo afirmo y lo reafirmo ... - he cogido carrerilla, y me siento como poseído por un miembro de la R.A.E. ... entelequia, coyuntura (esta la dice mucho mi jefe últimamente; ej. la coyuntura actual del mundo de la construcción), subliminal, ENJUNDIA, incipiente, ¡DELÍRIUM TRÉMENS!... ¡EN EL NOMBRE DE DIOS, ABANDONA ESTE CUERPO!
... bueno, pues a lo que iba. Que sí, Eva, que rectifico. La Tamara, muy bien, muy buena chica, muy amable, trabajadora, atenta, simpática, gran sonrisa, y un cúmulo de virtudes, en serio.
La Ana, la chica italiana que me presentaste ayer... pues la verdad es que también me cayó bien. No se cómo es detrás de la barra (tendré que pasarme un fin de semana de estos por la noche), pero si es como ayer, pues también chapeau (me estoy esforzando tremendamente en no volver a empezar a decir palabras cultas).
También me he encontrado alguna tarde a una chica morenita, jovencilla, muy guapa, siempre con una sonrisa en la cara, que me ha caído muy bien.
Y de tí ya no te puedo decir nada que no te haya dicho ya. Además, se te podría subir a la cabeza... Y por otro lado, mejor no, que después cuando me digas que has leído esto, no veas que vergüenza...
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Incluso hay una clienta rubia que... bueno nada...
PEEEEERO, y en esto sé que estamos también de acuerdo, debo insistir en algo, algo que corroboro, confirmo, ratifico, afirmo y reafirmaré hasta la saciedad: se agradece encontrar a gente como vosotras, porque a veces, en algunos bares, el camarero (a veces el mismo propietario, que debería ser el primer interesado en tener contenta a la clientela)... es más BORDE que María Teresa Campos durante su menopausia, más SOSERAS que Zapatero con resaca, más TRISTE que Marco en el Día de la Madre, más AMARGAO que Calimero bebiendo café con sal, más ESTÚPIDO que Belén Esteban hablando de las notas de su Andreíta-coño-cómete-el-pollo en el colegio, más RANCIO que José María Aznar comiendo pan de hace 3 días - aunque a veces, si tiene un buen dia, puedes ver en el bar cómo se esfuerza en sonreír a la gente, y cuando lo hace se escuchan chirriar los mecanismos de su mandíbula al intentar hacer un gesto que se nota que hace años que no practica- , más AGRIO que el cerumen de la oreja de George Bush, más TONTO que Dinio sacando un disco y pretendiendo triunfar... ¡Y tiene MENOS VISIÓN DE NEGOCIO que Stevie Wonder abriendo una galería de arte en la casa de Freddie Krugger! ¡HALA, un brindis por el colega!
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